Este Sábado adquirí un cirujano, en concreto un Zebrasoma Velifer, un pez muy bonito cuando está cabreado.
Tras su aclimatación y demás, con las luces apagadas, llegó la hora de soltarlo en su nuevo hogar, ni que decir tiene que el primero en darle la bienvenida fue el violento Neoglyphidodon Oxyodon (damisela neón para los amigos), le dejó las cosas claritas sobre quien manda en el acuario, resultando su gran aleta inferior bastante dañada.
Ahora parece que mantienen las distancias, el Zebrasoma se hincha a comer (pero no me picotea la roca ni queriendo) espero poder recuperarlo rápido y así hacerle unas fotos y poder presentarlo en sociedad.
Por cierto, ando mendigando una Euphilia...
